Debido a los graves problemas que se produjeron en las anteriores elecciones generales, los próximos procesos electorales en Bolivia entrañan riesgos significativos para la credibilidad y la confianza en el proceso electoral, así como posibles episodios de conflicto y violencia electoral, en particular durante los períodos críticos previos a (la campaña electoral), durante (las votaciones) y después de las elecciones (gestión y anuncio de los resultados). Las próximas elecciones generales de 2025 se celebran tras un proceso electoral controvertido y convulso en 2019 y 2020, que dio lugar a la anulación de las elecciones generales de 2019 y a la celebración de nuevas elecciones en 2020. Si bien el proceso electoral de Bolivia ha avanzado positivamente en las últimas dos décadas, con características como la representación paritaria, las elecciones primarias, el censo biométrico o la transmisión de los resultados, la anulación de las elecciones de 2019 y las manifestaciones y actos de violencia que se produjeron a continuación en todo el país han minado la confianza de la población en el proceso electoral y su administración y exacerbado los conflictos electorales de larga data.
A pesar de los incidentes violentos y las restricciones relacionadas con la pandemia de COVID-19, las elecciones generales repetidas del 18 de octubre de 2020 fueron creíbles y reflejaron la libre voluntad del pueblo. Las elecciones otorgaron la legitimidad que tanto necesitaban el nuevo Gobierno y la Asamblea Legislativa. En general, según la observación internacional, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) administró las elecciones de manera imparcial, profesional y eficiente. Los principales contendientes aceptaron los resultados, pero amplios sectores de la población se mostraron escépticos sobre el desarrollo y el resultado del proceso electoral.
No obstante, el actual proceso electoral pone a prueba el sistema democrático boliviano. Las tensiones regionales, políticas, económicas, étnicas y sociales podrían recrudecerse si el próximo proceso electoral de 2025-2026 no mejora la persistente falta de confianza de la población en los procesos electorales y en la imparcialidad de las instituciones en todo el país. Entre los posibles focos de tensión que podrían desencadenar conflictos se encuentran todas las etapas críticas del ciclo de gestión electoral. Es necesario reforzar la confianza y la paz entre los principales actores electorales, aumentando la integridad, la transparencia y la comunicación estratégica de las etapas críticas del proceso electoral. Los retos del pasado han alterado el proceso electoral boliviano, empezando por las elecciones judiciales previstas para el 1 de diciembre de 2024. El poder legislativo ha presentado un proyecto de ley que propone un régimen excepcional y transitorio para las elecciones primarias a la Asamblea Legislativa Plurinacional, dando prioridad a la elección de las autoridades judiciales cuyos mandatos no pueden prorrogarse y sugiriendo que se celebren elecciones primarias normales.
En 2025, se espera que la convocatoria de elecciones generales tenga lugar en febrero/marzo, con la celebración de las elecciones generales prevista provisionalmente para el 17 de agosto. Las elecciones subnacionales están previstas para febrero o marzo de 2026. No obstante, el mandato legal actual del TSE expira el 19 de diciembre de 2025, en plena gestión del ciclo electoral 2025-2026, lo que, independientemente de que se prorrogue (automáticamente) o no, podría alimentar la inestabilidad política o retrasar las elecciones subnacionales.
En este contexto, el CEAE ha diseñado una intervención multilateral basada en los retos y las lecciones aprendidas de las elecciones anteriores, las recomendaciones aplicables de las misiones electorales de la UE y la OEA, las opiniones, necesidades y prioridades recabadas de los principales actores electorales mediante una misión de identificación en el país que tuvo lugar en octubre de 2024, y la experiencia global del CEAE en la prestación de un paquete de asistencia electoral integral, modular y específico.